¿Algo te roba el amor? ¡Desconéctalo!

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.» Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.» (Mc 9,38-43.45.47-48)

¡Qué ilustrativo este dibujo de Fano! 

Las palabras que hoy Jesús nos regala en forma de breves pero radicales instrucciones forman parte de un cuerpo de frases dichas por el Señor a modo de enseñanzas proverbiales, tal y como era habitual en la cultura y tiempo a los que pertenecía. Y es que los refranes de toda la vida están cargados de una gran sabiduría, algunos incluso son adaptaciones hechas de la Sagrada Escritura. Todos sabemos por experiencia, y ahora más aún, que las pocas palabras bien dichas y a lo esencial, nos resultan más asimilables y se nos quedan en el recuerdo con mucha más facilidad que los largos discursos que dicen poco y disfrazan la verdad. (¡Quizás por eso es que nos cansan tanto los políticos y también -todo hay que decirlo- los curas sermoneros!)

Para ser consecuente con esto último, podríamos resumir en tres las "ideas clave" que Jesús nos enseña hoy: 

1. Este domingo celebramos la jornada del Migrante, cuyo lema es: "Hacia un 'nosotros' cada vez más grande", precisamente porque ésta es la lógica de Jesús: la de sumar y no dividir, la de incluir y no separar, la de amar y no reprochar lo distinto. 

2. "Escándalo" (palabra que proviene de "trampa"),  no sólo es la noticia amarillista que los medios se empeñan en sacar a la luz para incitar a la burla y a una mayor audiencia, sea verdad o falsedad. Escándalo es también todo lo que hace perder la candidez a los más pequeños, todo lo que hace oscurecer la vida de los más frágiles. Y, en este sentido, hay que decir por justicia, que todos y cada uno de nosotros, creyentes o no, tenemos nuestros propios escándalos y dramas, muchos de ellos sutiles y desapercibidos, pero que también aturden el corazón, el propio y el de los demás. El abuso, esa atroz palabra que no debería ni existir en el diccionario, tiene tantas caras como personas hay en este mundo. 

3. En este mismo sentido, y con un matiz más personal, nos podría ayudar el cambiar las sentencias de Jesús por preguntas, por si aún no nos enteramos: 

Sobre mis manos: ¿Mis acciones son siempre auténticas y dirigidas al bien? 

Sobre mis pies: ¿Qué caminos suelo recorrer: los de la verdad, la belleza y el bien, o, por el contrario, los de la mentira, el ocultismo y la intención malsana? 

Sobre mis ojos: ¿Tengo educada mi mirada, o miro con deseo al otro y/o a las cosas como forma de posesión? 

Manos, pies, ojos... ¿dirigidos al bien? ¿Orientados al amor? Sin duda en esto Jesús se muestra muy radical, y nos pide día a día una revisión permanente de nuestra consciencia y corazón. 

Y, si algo nos está esclavizando o nos tiene ya atrapados, hemos de buscar los medios convenientes para liberarnos y sanarnos, al fin y al cabo, esto de ser cristianos no va de jugar a serlo, sino de responder con libertad de espíritu y de acción a un plan de amor que Dios pretende hacer posible en ti. Y tú eres esa "posibilidad" para Dios, porque, si tú crees en Él, ¡cuánto más no cree Él en ti! 

Feliz día del Señor, recordando y acompañando a nuestros hermanos migrantes, desplazados forzosos y refugiados. 

P. Samuel