Poder o servicio, ¿desde dónde vivo?


En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.

Él le preguntó: ¿«Qué deseas?».

Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».

Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».

Contestaron: «Podemos».

Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.

Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 20-28)

Celebramos a un grande, nuestro Patrono de España, Santiago Apóstol, quien fuera de los más cercanos a Jesús, llamado también "el Mayor", hermano del pequeño Juan. Es una fiesta especial para el pueblo español y para quienes somos sus hijos adoptivos, quienes hemos experimentado la fe gracias al testimonio de una Iglesia Madre, que nos proclamó que "Jesús es el Señor", aun en los contextos conquistadores de siglos atrás. A España tenemos mucho que agradecer, aunque los gobiernos ideologizados de turno en nuestra América Latina quieran cambiarnos la historia. Hoy es un día para sentirnos Iglesia hermana, Iglesia pueblo, Iglesia servidora de los últimos. Y, qué curioso cómo el relato evangélico de hoy nos habla de estos "hijos del trueno", a quienes su madre, -como buena madre que quiere lo mejor para sus hijos-, suplica por un puesto al lado de Jesús. Valga aclarar de entrada que no se trata de un puesto "en el cielo", en la vida eterna, tal y como tendemos pensarlo. Se trata de lo más terrenal: la solicitud va dirigida a que sus hijos puedan ostentar el poder, uno de "presidente del reino" y el otro "de primer ministro", para entendernos. 

Jesús viene de hablar del servicio a sus discípulos y a la multitud, y de la suerte que corremos como consecuencia del seguirle. ¡Se nota que la madre de estos dos no estuvo cuando Jesús hablaba de ello! No está mal el aspirar estar cerca de Jesús. Es más, cuánto nos gustaría que nuestros seres más queridos se encuentren con Él, lo descubran presente en sus vidas y decidan seguirle con más co-razón. Por lo cual, la súplica de la madre de Santiago y Juan no es malintencionada per se. El asunto radica en que se trata de justamente lo contrario: quien quiera ser el primero, sea el último, servidor de todos. 

La lógica de Jesús, su lógica del Reino, contraría de entrada nuestras aspiraciones humanas, siempre tan llenas de nosotros mismos, de nuestras vanidades, de nuestra superficialidad, de nuestro afán de seguridad y poder. Esto es tan humano, dentro y fuera de la Iglesia, entre los creyentes y los que se autodenominan agnósticos o ateos, en nuestras relaciones humanas de familia, amistades, colegas, vecinos. En todos los seres humanos, en quienes coexisten luces y sombras, están presentes la tendencia al poder, la orientación a la dominación y el autoritarismo. Y no se trata de una actitud sólo de los políticos, sino de cualquier ámbito humano y relacional. Ostentar los mejores puestos es una aspiración común, ante la cual el Señor nos aclara con radicalidad su espejismo y mentira intrínseca. De su respuesta podemos desentrañar tres preguntas que hoy podrían ayudarnos: 

1. ¿Qué deseas? ¿Cuáles son tus aspiraciones más profundas?

2. ¿Desde dónde me muevo, desde dónde vivo, desde dónde actúo: desde el poder o desde el servicio? 

3. ¿Estoy dispuesto a beber el cáliz de Jesús, correr su suerte, acoger la Cruz, negarme a mí mismo...?

Sí, son tres preguntas fuertes, que merecen ser bien digeridas para una respuesta realista y terrenal, sin tanta poesía. 

Lo cierto es que Jesús es claro: somos verdaderamente libres cuando nos hacemos esclavos de todos por amor; somos auténticamente humanos cuando nos situamos en las filas de los que sirven, de los sencillos. Los carrerismos, las aspiraciones competitivas malsanas, los posicionamientos en el mercado, el afán por ocupar los primeros puestos, los sueños efímeros por el éxito personal sin ninguna implicación que beneficie e implique a otros, la tendencia a sobresalir y ser aplaudidos... ¡es tan nuestro! Pero son, sin duda, respuestas equivocadas que no sacian la profunda sed de nuestro corazón. 

Nos resulta entonces importante el estar muy atentos a la invitación de Jesús, que hoy nos señala cuál es el camino para estar cerca de Él, seguir sus huellas y ser sus testigos, hasta los confines, hasta lo último, hasta el extremo, como lo ha podido hacer el Apóstol Santiago, los primeros, y tantos hombres y mujeres que a lo largo de los años nos enseñan que "quien no vive para servir, no sirve para vivir", como nos lo recuerda la gran santa pequeñita Teresa de Calcuta. 

¡Feliz día, España, feliz día del Apóstol, que él nos siga señalando el camino a quienes continuamos la peregrinación! ¡Feliz camino! 

P. Samuel 

Comentarios

  1. Great questions! How do I wish to say I am all on for my Jesus, though my flesh gets in the way...I am not threat I was, but have a long way to go to live the life Jesus called us to live...praise be to God, for the chances He gives us each day,...
    And yes, one of my great heart desire is:. Es más, cuánto nos gustaría que nuestros seres más queridos se encuentren con Él, lo descubran presente en sus vidas y decidan seguirle con más co-razón
    I

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