Todo a su tiempo

Las malas noticias expuestas cada día en los telediarios, este intrépido "bicho" que nos vuelve la vida del revés. Nuestras dolencias y miserias personales que bullen a diario con tan sólo mirarnos al espejo o al cruzar cualquier idea que supone desencuentros... 

¡Tanto mal en el mundo! 

Y el eco tímidamente sonoro -pero siempre presente- de un "todo estará bien" nos resuena desde lo más profundo (cuando lo dejamos), como un latir que lleva su ritmo propio, el ritmo de la vida, el valor inconmensurable de los procesos vitales. 

Y es que así es la tierra, así es el campo, así son nuestros vínculos emocionales, así es nuestra vida en su conjunto: ¡trigo y cizaña!, y en medio, la presencia constante de un Dios que nos consuela y espera con paz infinita y confianza paciente. 

El mal nos da miedo, por eso desearíamos erradicarlo de inmediato y de un modo fulminante, sin miramiento ni compasión. ¡Y no está mal, ¿no?! Pero... dice el dicho que "el infierno está hecho también de buenas intenciones". 

No es tiempo de siega, juicios ni veredictos, sino de oportunidades para crecer ¿Qué tal si dejamos que crezcan juntos, el trigo y la cizaña? ¡Vaya idea la del Sembrador! Si tiene el poder de arrancar sin compasión, ¿por qué no hacerlo? Tal vez la respuesta está en nuestra pésima costumbre de mirar la vida desde la lógica del poder y la omnipotencia. 

¡Y creemos en ese dios! ¡El dios "poder"! Y hacemos (y nos hacemos) juicios a tiempo y destiempo, creyéndonos con esa potestad, con ese poder, no sólo de hacer juicios, sino de hacerlos a nuestro modo y manera. 

Pero el Dios de Jesús nos asombra con su "i-lógica de la bondad". Porque Él cree (apuesta), espera, ama y confía. Es la lógica amorosa y paciente en nuestros ritmos de vida, la confianza en nuestros procesos lentos pero seguros de conversión. 

¡Y así, el Señor siempre se nos escapa como agua entre los dedos, y ese es, en realidad, su poder! El amor desmesurado, la contemplación de nuestros procesos y ritmos, desde una liberalidad radical; la confianza en que "todo a su tiempo" irá tomando el cuerpo, la forma, la talla esperada. 

¡Siempre desde lo escondido, desde lo pequeño, con discreción... como semilla y levadura! 

Y, ¡he aquí el Reino! 

Caminando contigo mientras cantamos 

Comentarios

  1. Cada día, cada amanecer crecen oportunidades en nuestra vida, solo tenemos que observar lo que ocurre a nuestro alrededor, no tengamos miedo de mirar a los ojos de quien se nos cruza en el camino de transmitir y de recibir una sonrisa que hoy es invisible pero muy necesaria.

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  2. No crece más deprisa la zanahoria tirando de ella. Paciencia con todos y con nosotros mismos.

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