¡Desembarca!

"Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma" (Mc 6,34)

Desde la barca, vemos quizás más horizonte y vemos más, pero nos perdemos del detalle y somos incapaces de disfrutar del roce, el abrazo, el olor a tierra humedecida y la profundidad de una mirada. 

¡Sí, desde la barca vemos más, pero no siempre vemos mejor! Desde la barca seguramente nos fijamos de lo más resaltante del paisaje, pero nos perdemos de la cotidianidad de sus detalles. Estar en la barca no está mal para enseñar, pero las cátedras sin contrastes vitales nos dan el "poder" del conocer, no la autoridad de la sabiduría. Por eso Jesús a cierto punto necesita tocar, abrazar, mirar, coger de la mano, levantar... ¡Es El Maestro que enseña desde abajo, desde dentro! En él se hace realidad el colmo escandaloso de un abajamiento radical: un Dios "desembarcado". 

Y es que la única manera de mirar a los ojos es bajar de nuestra poltrona, donde creemos verlo todo, pero sin comprometernos con nada. ¡No hay otra manera de mirar a los ojos!

La única forma de sentir compasión por los más descartados de hoy es adentrarnos en tierra, bajar descalzos, pisar el olor y el dolor de la humildad. ¡No hay otra forma de compadecernos!

¡¡¡DESEMBARCA!!!

Comentarios

  1. Desembarcar.... una accion... no illusion o Buenos deseos... hechos concretos... .maravilloso articulo

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  2. Así es , pero hubo días en que predicaba desde la barca",había mucha gente, en la barca podía predicar sin peligro. En la barca, en el agua rebota la voz y podían escuchar más personas.

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