Asombro - Reciprocidad - Intimidad


En aquel tiempo, dijo Jesús:
-Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre somos uno.
(Jn 10, 27-30)

El discurso del Buen Pastor puesto en boca de Jesús por el evangelista San Juan, es de los más entrañables y tiernos, a la vez que comprometedor. En el contexto de la Pascua, estas palabras resuenan como una auténtica declaración de un amor vivo y apasionado. La mirada de Jesús se posa sobre nosotros, se ocupa de nosotros. Es la mirada de un Dios que anhela fervientemente entrar en relación, generar un vínculo íntimo y estrecho. 

Quizás tres palabras podrían definir esta relación (por poner un nombre aproximado que nos ayude a comprender esta inefable realidad): DESPROPORCIÓN - RECIPROCIDAD - INTIMIDAD. 

DESPROPORCIÓN. Un amor claramente asimétrico, que se sitúa ante nosotros como un totalmente Otro, se acerca a nosotros con una desproporción de amor, como un derroche incontenible, apasionado y loco. Un Dios que se hace Pastor solícito, que no quiere que nadie se pierda; que espera, que busca y que llama a cada una personalmente, por su nombre. No por mérito nuestro, sino por puro amor derramado en una radical liberalidad y en gratuidad. Un amor que no tiene necesidad de nosotros para existir, pero que se hace auténtico "mendigo de amor", sediento de ti. 

RECIPROCIDAD. Porque entra en relación con nosotros, porque llama a la puerta y pide entrar en tu casa y habitar en tu vida. Porque es Don del Padre que se ofrece sólo y únicamente para ser amado. Presencia que nos otorga el don de la fe que entra por el oído atento y dispuesto, que conoce y quiere que nos dejemos conocer. Pastor que ama y que pide de ti entregar todo lo que eres, sin esconder nada. Ese que es la Fuente de Agua viva, nos pide: "dame de beber"; Ése que nos lleva a beber de las fuentes cristalinas, pide todo de ti. Resistirse es hacerse el sordo ante esa voz suave, es cerrarse a vivir en sintonía con el Pastor que da la vida; es como pretender seguir bebiendo de los charcos, comiendo de las migajas y renegar del sentarse a la mesa con la dignidad de un hijo. 

INTIMIDAD. Un Dios que es relación estrechísima y unitiva, Amor-Comunión entre el Padre y el Hijo, que quiere que participemos, sólo por Gracia, de esa intimidad que nos implica el conocimiento, el amor y la vida entregada. Intimidad que no va con medias tintas, que anhela morar eternamente para darnos plenitud. Y todo esto "de gratis", porque así lo quiere, porque así nos quiere. 

Que hoy puedas escuchar la voz del Pastor, que no te confundas con otras voces que te distraen y alejan. Que hoy puedas responder a esa llamada tierna a la Vida eterna que da a quien se deja tocar sin temores a ser descubierto. Que hoy puedas experimentar ese Amor de misericordia que no reprocha y pide explicaciones, sino que se da sin condiciones y que sólo pide ser amado desde nuestra pequeñez y pobreza. 

Hoy pedimos al Buen Pastor que nos haga, como Él, mansos y humildes, para comprender la lógica del Reino de Dios. 

¡Feliz domingo del Buen Pastor!

P. Samuel 

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