Creyendo (¡así, en gerundio!)

Hoy quiero compartirte parte de mi corazón, ese "credo personal" desde el que me muevo cada mañana a ser lo que soy, a hacer lo que hago y a esperar lo que espero. Escrito o no, cada cual va elaborando en sí un marco de certezas, asumidas desde los adentros y contrastadas en la verdad de la misma vida. Hoy, quiero compartir eso que llevo... y será mi aportación de esta semana, a corazón abierto. ¡Espero que ayude y aproveche! 

¡Voy creyendo, así, en gerundio!

Porque he descubierto el sentido de mi existencia en un totalmente Otro, paso a paso, entrando en mí y saliendo de mí, entre idas y vueltas, pequeños finales y nuevos comienzos. Voy aprendiendo a mirarme desde Él, y a mirar la vida desde sus sueños. ¡Por eso voy creyendo! ¡Porque es un camino, y soy peregrino!

Voy creyendo en su Presencia fiel, tierna y constante, entre silencios y gritos intensos de libertad. Voy viviendo día a día a la luz de su mirada expresada en Palabra, en cielo, en gestos y detalles. 

Voy comprendiéndome vivo por Él, en Él, desde Él y hacia Él, que es Amor Original, Amor Redentor, Amor Restaurador. Padre-Hijo-Espíritu, Comunión y Familia. Por ello, voy creyendo “en Iglesia” caminante. 

Voy viviendo a un Dios de misericordia y consuelo, que pasa y acompaña, que se va “haciendo” en mí y conmigo, que habla al corazón constantemente, que canta y sonríe, que sigue soñando y que llora en la desgracia. ¡Creo que es, que está, que camina y que espera! ¡Por eso voy creyendo en compañía!

Voy creyendo en la oportunidad, la del Hijo Pródigo, la de la oveja perdida, la del amigo Lázaro y la prostituta. Oportunidad como expresión de la esperanza que pone el Señor en sus hijos, porque Él cree de modo sostenido en nosotros. ¡Voy creyendo desde esa tremenda desproporción! Se va haciendo mi Señor, cada día, entre mis oraciones y pecados, entre miserias y angustias, entre la alegría de quien busca ser mejor y el disfrutar de la vida. ¡Hoy me fío en Él, más que ayer!

Voy experimentando su realidad de Amor en el amor humano, en lo que se mueve dentro de mí al susurrar una plegaria, al darme a Él en los demás y al darme a los demás en Él. Voy creyendo en esa absoluta búsqueda y necesidad de ser amado. Creo en ese Reino que se mueve desde dentro, desde abajo, que se entreteje desde los sótanos y misterios de las relaciones personales y los proyectos de comunión, de liberación, de justicia y de paz; desde la incondicionalidad y la esperanza.  

Voy creyendo más en la justicia, aunque confieso que me cuesta. Voy creyendo que es el Señor quien la hace vida, como defiende la causa de los perdidos, mi causa. 

Voy creyendo en que es posible transformar-se para transformar, transfigurarnos para transfigurar, ser libres para liberar. 

Voy creyendo cada vez menos en mí, porque me defiendo menos, me justifico menos, me creo menos y controlo menos. Voy creyendo que el control de mi vida no está en mí, sino que es regalo que se desvela mientras me dejo hacer, como arcilla en manos del Artista. Por ello, voy creyendo menos en mí, en la medida en que Él crece; voy creyendo más en su fuerza restauradora en la medida en que desconfío más de mis fuerzas. 

Voy creyendo en la Vida, y en esta vida, la que germina sin buscarlo y la que muere sin aviso. Voy creyendo en los signos de Resurrección que me muestra el Señor en la vida de cada día derribando nuestros juicios. Voy creyendo en su vida presente en su creación: en sus niños, que poco cuentan; en sus ancianos, que poco valen; en sus enfermos, por quienes poco se apuesta; en sus jóvenes, en quienes no nos fiamos; en los migrantes, aquellos que sentimos invasores. Voy creyendo cada vez más en lo poco, y en lo que poco se cree. 

Y aun desmemoriado, inconstante y torpe, voy creyendo que ese Amor me salva, redime y libera gratuitamente, dándose todo a mí, siendo yo cada vez más consciente de mi “nada”. Pero misteriosamente, con ese loco Amor, soy más.

¡Escrito para ser compartido... mientras cantamos por el camino! Se despide por esta semana, un pobre curita pecador, inquieto y enamorado del Señor, además de apasionado por la humanidad. ¡Reza por mí!

Comentarios

Publicar un comentario