Del dolor y la esperanza
Sí, ya lo sé, esperabas una imagen más dramática y oscura, en el día en que recordamos a nuestros seres amados difuntos. Pero hoy no te complaceré con ello, sino que te regalo una imagen profundamente tierna y amorosa, de un joven (parece ser el "Discípulo Amado" relatado en el Evangelio de San Juan), recostado en el pecho del Señor, como quien busca descansar del dolor, como quien necesita escuchar el corazón que es capaz de devolver la vida y de sanarnos.
No es casual el hecho de que ayer celebrábamos la gran festividad de Todos los Santos, y hoy recordar a quienes han partido ya a la casa del Padre. No, no es casual, tiene toda la intención y pedagogía de una comunidad creyente que se abre a la esperanza de que también esos, los nuestros, los de casa, los de "más cerca", estén inscritos en el cielo, lleguen a disfrutar del gozo y la alegría de encontrarse y morar eternamente con nuestro Dios vivo y verdadero.
Ayer celebrábamos la alegría de quienes están en la Gloria, hoy nos mueve la memoria dolorosa, agradecida y esperanzada con la que traemos al corazón los rostros de personas concretas, que son parte de nosotros, y que ya no están. ¡No están, pero están! Y es esa la confianza que nos mueve, es ese el sentido de la imagen de arriba: nos aviva el consuelo y nos fortalece el amor que nunca muere. Nos confiamos a las manos y al corazón de un Dios misericordioso y loco de amor por cada uno de nosotros. ¡Y no es "ñoñería", es una clara y profunda realidad!
Es muy cierto que, con ellos, se nos fue un trozo del corazón. Pienso en personas que tanto he querido, que ya han partido, y me parece que fue ayer cuando conversábamos, reíamos, discutíamos, peleábamos, llorábamos, compartíamos la vida, el amor y la amistad. Y se conmueve mi corazón, y me estremezco al escuchar aun hoy sus carcajadas y sus palabras de aliento y cercanía. No importa el tiempo que haya pasado, sigue estando en la memoria todo lo vivido, todo lo sufrido, todo lo soñado juntos. ¡Y siguen ellos estando allí, aquí dentro!
Por eso, son ausencias presentes, amores que se han quedado, corazones latiendo en la memoria, y por quienes hemos de vivir agradecidos y agradeciendo. ¡No están muertos, están vivos! ¿Es que acaso no lo crees? ¡El amor echa fuera el dolor, y el amor verdadero no muere! Por eso, no se han ido del todo, cuando los recuerdas con el mismo amor, cuando todavía sonríes ante sus ocurrencias y payasadas, cuando recuerdas los viajes, las canciones, los momentos y la confidencia en la mesa a la hora de cenar.
Padre, madre, hijo, hermano, amigo... esa historia que no es simple nombre, ni simple número, ni simple cama de hospital, ni simple nicho. Esa historia que se ha tejido indeleble en nuestras almas, es memoria esperanzada de una vuelta a empezar y, cuando ocurra el reencuentro, esta vez será para siempre. Porque, para el que cree, la Vida empieza con ese breve instante de corte; porque, para el que tiene fe, la mirada se expande más allá del horizonte de la muerte; porque, para quien ama de verdad, todo es certeza de una eternidad ya vivida en las historias; porque tanto amor, tanta bendición, tanto cariño, tanta amistad, tanta entrega no desaparecen así sin más, no desaparecen jamás.
Si sabemos y comprendemos con el corazón que el Amor de Dios es más fuerte que el dolor y que la muerte, descubrimos la hondura del "amaos" mandado por Jesús, muerto y resucitado. ¡Ese Señor, tu Señor, Vivo, es quien te invita a vivir hoy con más intensidad y alegría, porque pronto nos encontraremos de nuevo, y esta vez para siempre.
Pongo en el altar del Señor a tus seres amados que están ya del otro lado, y oro por tu felicidad aquí y ahora. ¡Del dolor y la esperanza!
Recordar siempre a quienes nos donaron su vida, su amor ,su amistad. Oro por todos mis seres queridos que ya están..mamá y papá..viven en mi..
ResponderEliminarGracias Samuel... Cristo es nuestra esperanza... roguemos x su misericordia para todas las animas del purgatorio... confio q alla en el Cielo nos veremos y celebraremos todo lo q quede pendiente .. Dios te bendiga...q maravilla d reflexion
ResponderEliminarGracias Sami, te quiero!
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